A menudo me preguntan cuál es mi prueba favorita del WRC y la verdad es que dar sólo un nombre me resulta difícil porque para mí todas tienen su encanto, sus puntos a favor y lógicamente también en contra. Sin embargo, no dudo ni un segundo en decir que en todos estos años viajando hay un rallye y un país que se han ganado todo mi cariño….. y este es México.
Por diferentes circunstancias mi primera excursión a la tierra de los mariachis, la comida picante y el tequila se retrasó hasta el 2010, aunque mucho antes, en el 2005, ya había intentando por todos los medios posibles asistir a esta prueba, ¿el motivo? ver el debut de mi vecino Dani Solà con el Ford Focus WRC. Pero el presupuesto elevado que se necesita para este tipo de viajes intercontinentales me obligó, muy a mi pesar, a descartarla para así poder acudir a 3 o 4 citas europeas del campeonato.
Así pues, no fue hasta primeros de marzo del 2010 que me subí a uno de los viejos y descuidados Airbus 340 de Iberia rumbo a Ciudad de México, al D.F. como lo llaman ellos, para descubrir un país prácticamente desconocido para mi, salvo por las películas, la música y las informaciones (no muy buenas) que aparecen en la prensa europea….
….. y como toda primera vez llegué al Polifórum sin conocer a nadie relacionado con el rallye más allá de los que habitualmente seguimos el campeonato. Pero ahora, cinco años después, puedo decir que tengo buenos amigos mexicanos trabajando en la organización, en la prensa local, compitiendo y también entre la afición que acude año tras año a León para disfrutar del WRC. Y precisamente son ellos, mis amigos, los primeros que quieren saber qué es lo que me gusta de su país y de su rallye. Los primeros que se sienten orgullosos cuando les digo que lo mejor de México no son sus preciosas playas, ni sus pirámides Aztecas…. que lo mejor es sin duda su gente; con su amabilidad, su forma de ser, su hospitalidad, con ese orgullo mexicano y ese convencimiento de que tienen que luchar y trabajar día a día para tener un país mejor. Cualidades que se ven reflejadas en la organización del rallye, conscientes de que por unos días son el foco de atención de mucha gente y que de ellos depende la imagen que México dará al mundo. Y les puedo asegurar que a lo largo del año a menudo echamos de menos el trato que recibimos en León y este es uno de los motivos que hacen de este rallye uno de los preferidos para muchos de mis colegas, que además de poder disfrutar de los primeros días de sol y calor de la temporada, valoran también ese espíritu de superación de los organizadores para mejorar en cada edición, muchas veces con “pequeños detalles” que sólo vemos los que nos pasamos buena parte del año viajando de rallye en rallye.
Pero mi relación con este país va un poco más allá porque en estos años en el WRC he trabajado y trabajo para algunos de sus pilotos (ahora ya amigos) presentes en el campeonato y además he tenido la suerte de poder inmortalizar un momento histórico para el deporte mexicano como fue el título Mundial de Benito Guerra en 2012 o las aventuras de Michel Jourdain Jr. también en el PWRC. Esta relación con los pilotos locales y también las redes sociales han ayudado a que en estas últimas ediciones del rallye se acerquen a saludarme algunos aficionados que personalmente antes no conocía, con comentarios como por ejemplo: “Jordi te sigo en Twitter o en Facebook…..”, “soy amigo de X, un gusto conocerte” o el de un chico que me alegró el día cuando vino y me dijo: “sé que eres el fotógrafo de Benito, gracias por todas esas fotos”. Detalles que de verdad me sorprenden, que agradezco muchísimo y a los que para nada estoy acostumbrado.
Y después de todo lo que he contado ¿Qué más le podría decir a un aficionado para que se decida a conocer este rallye? Pues que sin duda va a disfrutar de la mejor ceremonia de salida del campeonato en el centro histórico de la hermosa ciudad de Guanajuato pero también de unos tramos muy bonitos, con unos paisajes áridos y unos “brincos” espectaculares. Le diría que de ninguna manera se puede perder la fiesta final del rallye el domingo por la noche y que no se asuste si no le gusta el picante porque en la cocina mexicana hay platos riquísimos sin chile y sin salsas. Le obligaría casi a probar los tacos, el guacamole, las cervezas locales, las micheladas, la nieve (el helado) de tequila que venden en el centro de León… y le aconsejaría que se tomara unas buenas vacaciones para conocer el país, y que no hagan como yo que en cinco viajes casi no he tenido tiempo para hacerlo por culpa del trabajo. Por último le apostaría que hará nuevos amigos y que como dicen por esas tierras “la pasará increíble”.
Viva México!!!
Jordi, ets un crack!