Hace apenas unos días, con motivo del GP de Malasia de F1, pisé por primera vez el caluroso y húmedo circuito de Sepang, el trazado donde el 23 de octubre de 2011 el piloto italiano de MotoGP Marco Simoncelli perdió la vida en un trágico accidente.
Mis planes para este año no pasaban por visitar Malasia, pero la suerte y quizás la recompensa al trabajo de estos años, me van a permitir estar presente en algunos GP de Formula 1 a lo largo de la temporada. No serán muchos pero es que mi apretado calendario tampoco da para más. Mis amigos ya saben que la Formula 1 no es una de mis categorías favoritas aunque es bueno estar ahí para aprender de este mundo que no deja de sorprenderme en cada carrera….. Pero hoy estas líneas no están dedicadas a la que muchos consideran la categoría reina, lo dejaremos para otra ocasión, hoy me apetece hablar de un piloto tristemente desaparecido que tuve la oportunidad de conocer apenas tres semanas antes del terrible accidente que le costó la vida precisamente en el circuito de Sepang.
Una parte de la prensa nacional nos vendió a Marco Simoncelli como “ l’enfant terrible”, un chico inconsciente, temerario, antideportivo, polémico, etc….. Nada nuevo porque últimamente en algunos medios esto viene siendo la tónica habitual cuando hay un deportista que rivaliza con los españoles. Pero tuve la suerte de conocer a Marco lejos de los circuitos y pude comprobar que no era así. Es verdad que en la pista se comportaba como un guerrero, así lo definían en un artículo que leí sobre él y creo que es una descripción más que acertada, pero fuera de ella era una persona muy cercana, tranquila, amable y simpática. Coincidimos en un acto de Ford y Castrol dónde yo era uno de los fotógrafos del evento, de hecho volamos juntos desde Reus a Liverpool y después compartimos taxi hasta la sede de M-Sport. Durante el largo viaje en coche se interesó bastante por mi trabajo, me preguntó por el WRC y me contó sus planes más inmediatos en los rallyes que pasaban por correr el Monza Rally Show y quizá alguna prueba más con un Ford Fiesta WRC como el que iba a probar cerca de Cockermounth. Recuerdo que yo le dije que después de estos cuatro días en Inglaterra tenía que desplazarme a Italia para cubrir el rallye de Sanremo y que de vuelta a casa me pasaría por el circuito de Catalunya para estar en la llegada de las 24H de Barcelona, prueba en la que participaba uno de sus rivales, Jorge Lorenzo. Cuando se lo comenté en seguida preguntó por este tema, quiso saber con qué coche competía y qué tipo de carrera era pero al mismo tiempo también me dejó bien claro que él prefería seguir los pasos de su amigo Rossi y correr en rallyes.
Cuando llegamos al pequeño aeródromo dónde se iba a realizar el test sobre asfalto, los miembros de M-Sport ya lo tenían todo listo para la prueba. Después de las fotos de rigor junto a Mikko Hirvonen, los dos se montaron en el coche, primero con Simoncelli de copiloto pero en seguida se intercambiaron las tareas y el piloto finlandés se sentó en el asiento del miedo. Desde el primer momento SuperSic pisó fuerte el acelerador, siempre bajo la atenta mirada de la gente de Ford que sabían que el viejo asfalto bacheado y mojado de esta pista de pruebas no estaba para muchas alegrías… pero en su primera toma de contacto con el Fiesta WRC no lo hizo nada mal! Con ese mismo estilo agresivo y descarado que le caracterizaba encima de la moto dio una decena de vueltas y se bajo del coche con una sonrisa de oreja a oreja. Después de comentar la jugada con los mecánicos y con su padre, que junto a su novia también le acompañó en el viaje, se acercó para que le enseñara las fotos. Me acuerdo que mientras yo las iba pasando en la pantalla de mi cámara él iba repitiendo: “bella, bella!”. Antes de empezar la segunda tanda vino a verme y me recomendó otra curva dónde decía que pasaba muy de lado…. y lógicamente yo seguí sus indicaciones. La primera vuelta se la tomó con calma pero en las siguientes.… caray que cruzadas! (y precisamente fue esta foto la que se adjuntó en la nota de prensa referente al acto y posteriormente publicada en muchos medios).
Para el martes tuvimos programas diferentes, la gente de Ford había preparado para Marco un test sobre tierra en uno de los bosques cercanos a las instalaciones del equipo, dónde Hirvonen iba a darle unas pasadas en el Fiesta mientras que yo me desplacé a una pista de karting con el primer grupo de invitados de Castrol. Ese día casi no nos vimos, sólo coincidimos en la comida y recuerdo perfectamente que al verme me dijo: “Jordi que tal la mañana? En el tramo de tierra ha sido increíble, mamma mia!” tal cual, Simoncelli en estado puro. No pudimos hablar mucho más, él tenía que atender a los VIP y después dirigirse rápidamente al aeropuerto y yo seguir con el “tour” por Dovenby Hall, la sede de M-Sport, con el segundo grupo de invitados. Nos despedimos quedando para vernos en apenas un par de meses en el rally de Monza dónde yo también tenía la intención de asistir… pero el destino quiso que esa mañana del 23 de octubre, en el parque de asistencia del mediodía del rallye Catalunya, nos llegaran pésimas noticias desde el circuito de Sepang.